abril 28, 2008

La sedia vuota...



Antes de tu perdón esta tu silla vacía. La observas de a un solo ojo, decides levantarte con el pensamiento infructuoso de ser único y libre por ése día.Bagette remojado en sopa de tomate con mosca muerta en sus lindes, pan tostado con mermelada de sauco todo acompañado con un jugo de beauty cold; en una mesa con silencio en sus cuatro aristas. El cubo te acecha de nuevo…
Tu día transcurre, cuídate y no te tires a piscinas vacías, ¿ok?Me doy cuenta que estas matando a tu minutero. Pobre cisne sin cuello, tú torre fue derrocada por el hambriento y astuto caballo, ¿cómo salvarte u olvidarte sin el enroque ahora? Llegaras tarde, la nieve que nunca asoma tu ventana estará ahi.Te acuestas en el mismo mar.
En el techo la sombra de ella, una sombra lenta, que te abandona. Tienes que aceptarlo la habitación por noche es más baja. ¿Hueles a tomillo, jazmines o a recuerdos blancos? Solo recuerdos en las enhiestas sílfides. Nada de qué preocuparse...No concilias tus sueños, piensas en Ellos, ¡eres adicta a la compañía! Ya mataste a tu minutero y ahora a tus horas, ¿Qué te va a quedar ahora?¡Adicta!
Adicta, ni siquiera puedes tratar de pensar en nada y menos en ti misma, te levantas...Vas a la silla vacía ; ventana cerrada.Vas a una de las cuatro aristas,;una pastilla y media de Paroxet.Vas a la piscina vacía; limpias tu cuarto.Vas a tu tablero de ajedrez ensangrentado; no hay nada que recoger acepto al caballo sonriente.Vas a tu silla, en la que ella sentada de ahí te dice: es hora de acostarse mañana será domingo.


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